Perder algunos cabellos todos los días es absolutamente normal, ya que nuestro cabello está en constante renovación.
Sin embargo, si deseas evitar sufrir de alopecia, estar pendiente de cualquier perdida acelerada del cabello es imprescindible.
Son muchas las causas que provocan una caída importante del cabello. Sin embargo, es posible prevenir y tratar la caída del cabello si el problema es tratado a tiempo.
Caída del cabello: un fenómeno natural de renovación
Dependiendo de la persona, nuestra cabeza puede tener entre 100.000 y 150.000 cabellos que se renuevan constantemente.
Cada día perdemos entre 50 y 100 cabellos, que se desprenden de los folículos pilosos y que son sustituidos por otros cabellos nuevos que nacerán de la misma raíz.
Este proceso es lo que se conoce como ciclo capilar. El cabello crece, en promedio, a un ritmo de 2 milímetros por semana durante un periodo de 2 a 5 años en los hombres y de 3 a 7 años en las mujeres. Al final de esta fase de crecimiento, el cabello deja de crecer y permanece sobre nuestro cuero cabelludo durante varias semanas antes de caerse. Una vez cae, en el bulbo piloso comienza un nuevo ciclo.
Este ciclo puede repetirse entre 20 y 25 veces antes de detenerse por completo y que el bulbo piloso cicatrice, momento en el que no volverán a nacer nuevos cabellos de él.
Nota
Con el tiempo, de ciclo en ciclo, el cabello producido en los folículos pilosos se vuelve cada vez más fino. Esto explica por qué una persona que envejece tiene el cabello cada vez más fino, aunque siga teniendo la misma cantidad de cabello.
Caída del cabello: ¿Cuándo debo preocuparme?
No hay de qué preocuparse si notas que se han desprendido algunos cabellos después de pasarte la mano por la cabeza, si encuentras alguno atrapado en tu peine o cepillo, o si ves que alguno cae sobre tu escritorio.
Sólo se habla de caída del cabello acelerada o patológica si el número de hebras perdidas cada día es superior a 100, o si la caída del cabello es más importante en una zona específica del cuero cabelludo que en el resto de la cabeza.
Si notas una caída del cabello significativa, es necesario establecer un diagnóstico y buscar la causa del problema.
Diferentes tipos de caída de cabello
La caída del cabello puede tener diversas causas: genéticas, hormonales, fisiológicas o psicológicas. Puede ser permanente o temporal y afecta tanto a hombres como a mujeres.
Alopecia androgénica en los hombres
La alopecia androgénica es la causa más frecuente de la caída del cabello.
Su causa es tanto hormonal como genética. Se produce por la combinación de dos factores:
- Presencia de andrógenos (hormonas masculinas)
- Predisposición genética de los folículos pilosos a ser sensibles a las hormonas masculinas.
Como consecuencia, las hormonas masculinas inducen una aceleración del ciclo capilar: la fase de crecimiento del pelo es más corta. Los ciclos se suceden más rápidamente hasta que los folículos pilosos se agotan. Finalmente, dejan de funcionar y el pelo se vuelve más escaso.
Uno de cada dos hombres de 50 años se ve afectado por este problema. Sin embargo, puede aparecer mucho antes, a partir de la pubertad.
En los hombres, la alopecia androgénica se manifiesta primero como una calvicie en la zona frontal y temporal de la cabeza.
Alopecia androgénica en las mujeres
Las mujeres también pueden sufrir de alopecia androgénica.
Las causas son las mismas que afectan a los hombres. Las mujeres también producen hormonas masculinas que son secretadas por las glándulas suprarrenales y los ovarios. Esta es una secreción completamente natural de andrógenos que se produce en una proporción mucho menor que en los hombres.
Sin embargo, la desregulación en la producción de estas hormonas o la hipersensibilidad pueden repercutir en el cabello. En las mujeres, la caída del cabello ocurre de manera más dispersa y progresa más lentamente. Se caracteriza por una falta de cabello en la parte superior de la cabeza.
Alopecias en un cuero cabelludo sano: alopecia areata y tricotilomanía
Se habla de alopecia en un cuero cabelludo sano cuando el cabello es escaso o está ausente en determinadas zonas, mientras que otras zonas son normales y están sanas.
La alopecia areata y la tricotilomanía son las dos causas principales de este problema.
La alopecia areata es una enfermedad autoinmune que provoca la caída completa del cabello en pequeñas zonas del cuero cabelludo.
La tricotilomanía es un tic nervioso que consiste en tirar del cabello o retorcerlo, lo que causa una pérdida de cabello en zonas específicas.
Alopecias cicatriciales
Ciertas enfermedades o infecciones de la piel, así como las cicatrices resultantes de heridas contundentes o quemaduras, pueden provocar la destrucción de los folículos pilosos en las zonas afectadas. Esto es lo que se denomina alopecia cicatricial.
Si el deterioro del cuero cabelludo tiene un origen inflamatorio, es importante determinar rápidamente su causa: el liquen plano o lupus, por ejemplo. Así, podremos iniciar de manera inmediata el tratamiento adecuado y evitar una caída irreversible del cabello debido a un diagnóstico demasiado tardío.
Existen otras causas que pueden dañar el cuero cabelludo, como la tiña o las infecciones por hongos. Estas se dan con mucha frecuencia en niños. En la mayoría de los casos, el pelo vuelve a crecer tras el tratamiento.
Efluvio telógeno
El efluvio telógeno es una alteración del ciclo capilar. Se caracteriza por una caída del cabello repentina, importante, no localizada o generalizada. Puede deberse a factores fisiológicos (carencias alimentarias, posparto, intervenciones quirúrgicas, fatiga extrema, etc.), psicológicos (choque emocional, estrés intenso, depresión, etc.) o incluso ambientales (como el cambio de estación, etc.).
Esta forma de caída temporal del cabello se considera inofensiva.
Prevenir o tratar la caída del cabello
Como ya hemos mencionado antes, existen diversas causas que pueden provocar la caída del cabello. Por ello, es importante que consultes sin demora a un dermatólogo para obtener un diagnóstico tan pronto notes que se te cae el cabello. Si actuamos con rapidez, podremos prevenir o, al menos, retrasar la calvicie. Dependiendo del origen de la caída del cabello y de sus causas, se pueden considerar varios tratamientos: tratamientos locales, medicamentos orales o incluso cirugía para los casos más graves.