El cabello tiende a debilitarse en invierno debido a que está expuesto al frío, al viento y a las variaciones de temperatura entre el interior y el exterior de los lugares que frecuentamos; a menudo, se vuelve más seco, opaco y quebradizo. Aquí están nuestros consejos para mantener un cabello magnífico, ¡incluso en los días más fríos!
Evita el uso de agua muy caliente para lavarte el cabello. Por muy tentador que esto pueda ser en pleno invierno, el calor intenso provoca que las escamas del cabello se separen una de otra, dejándolo opaco y debilitado. ¡Utiliza agua tibia en su lugar!
Para evitar que el cabello se seque en invierno, usa un champú suave enriquecido con ingredientes activos nutritivos y acondicionadores, como hidrolizados de proteínas de trigo o ácido hialurónico. Después, aplica un acondicionador, especialmente si tienes cabello largo, para reforzar el efecto del champú y hacer que tu cabello sea más fácil de desenredar.
Cada vez que laves tu cabello, masajea el cuero cabelludo con los dedos durante unos minutos: se estimulará la circulación sanguínea, lo que proporcionará a tu cabello los nutrientes esenciales que necesita para estar más fuerte.
Cada semana, mima tu cabello aplicando una mascarilla que restaurará su película hidrolipídica, lo protegerá y le proporcionará nutrición profunda. Déjala toda la noche envolviendo tu cabello en una toalla, luego lávalo como de costumbre por la mañana. Nota: a menos que tu cabello sea extremadamente seco, aplica este tratamiento solo de medios a puntas, para evitar que las raíces queden grasientas.
En invierno, el secador de pelo es a menudo inevitable si no quieres salir de casa con el cabello húmedo... Sin embargo, ten cuidado cuando lo uses: ajústalo en una temperatura fría o templada y no lo acerques demasiado al cabello. Una distancia de 15 a 20 cm es segura para secar el cabello sin dañarlo. Si tienes el cabello largo, sécalo con la cabeza hacia abajo: esto le dará el volumen que pierde durante el invierno.
Visita a tu estilista regularmente: durante los meses de invierno, cortar algunos centímetros cada 2 meses estimulará tu cabello.
Los suéteres de cuello alto, las bufandas, los gorros de lana y los abrigos friccionan el cabello y esto hace que se abran las puntas. Como medida preventiva, aplica en las puntas una pequeña cantidad de suero anti-puntas abiertas: solo algunas gotas son suficientes para cubrir todas tus puntas en una sola aplicación. Si se abren las puntas a pesar de esto, sé implacable: ¡córtalo!
Los cambios constantes del aire helado exterior a la calefacción interior provocan estática en el cabello, lo que provoca que la capa superior se encrespe de una manera bastante desagradable. Si padeces este problema, aquí están algunas soluciones: en primer lugar, evita el uso de sombreros hechos de fibras sintéticas, ya que estos generan una gran cantidad de electricidad estática; segundo, utiliza un cepillo anti-estático (disponible en tiendas especializadas); por último, frota unas gotas de aceite en el en las manos y aplícalas al cabello para acomodarlo en su sitio.
En el exterior, protege tu cabello de los efectos dañinos del frío usando algún tipo de sombrero. ¡Pero, cuidado! Los sombreros pueden aplastarlo y dañarlo debido a la fricción. Elije un modelo suelto que no sea ajustado alrededor de la cabeza, y cuando te lo quites, agita el cabello para restaurar su volumen.
Por último, sigue un régimen de belleza en invierno tomando algunos suplementos alimenticios.