La alopecia androgénica, la forma más común de caída del cabello, se debe principalmente a folículos pilosos hipersensibles a las hormonas masculinas. Sin embargo, otros factores pueden contribuir a exacerbar la alopecia existente. Es importante conocerlos, con el fin de controlarlos mejor y reducir sus efectos siempre que sea posible.
Hábitos alimenticios inadecuados
Una dieta equilibrada es esencial para la salud del cabello: proteínas, hierro, zinc, magnesio y vitaminas son especialmente importantes. Las deficiencias nutricionales pueden debilitar el cabello, que luego se vuelve seco, apagado y quebradizo, pero también pueden causar o empeorar la caída del cabello. Adoptar hábitos alimenticios adecuados en general es suficiente para superar esto.
Estrés y daño emocional
El estrés es la respuesta del cuerpo a las amenazas externas o factores de estrés y produce diferentes hormonas que se liberan en el torrente sanguíneo. Estas incluyen andrógenos, las hormonas masculinas que están directamente vinculadas a la caída del cabello en las personas que son sensibles a ellas. Por lo tanto, el estrés puede agravar significativamente la caída del cabello existente, pero en general no causa caída del cabello en alguien que no estaba perdiendo cabello previamente.
Por las mismas razones, el shock emocional (tristeza, divorcio, miedo intenso, cambio radical en el estilo de vida, etc.) también puede causar caída del cabello repentina y abundante (efluvio telógeno) o agravar un caso existente de alopecia androgénica.
Parto
En los meses posteriores al parto, los cambios hormonales y la fatiga extrema causan una mayor caída del cabello en la mayoría de las mujeres. En una cabellera normal, esta mayor caída del cabello no tiene ninguna consecuencia y su densidad vuelve a la normalidad después de unos meses. Sin embargo, si la madre padece alopecia androgénica, es probable que el cabello vuelva a crecer más delgado y en menor número que antes.
Anticonceptivos
Debido a que el cabello está directamente relacionado con las hormonas, los anticonceptivos orales pueden influir en la caída del cabello: algunos tienen un efecto positivo que frena la caída del cabello, mientras que otros pueden agravarla. Si sufres de caída del cabello, habla con tu ginecólogo para encontrar un método anticonceptivo adecuado.
Menopausia
En las mujeres entre la pubertad y la menopausia, las hormonas femeninas (estrógenos) secretadas por los ovarios compensan en parte el efecto de las hormonas masculinas: la alopecia androgénica es posible, pero siempre en una forma más leve de la que experimentan los hombres. Durante la menopausia, la producción de estrógeno cae repentinamente en un 80% y estas cantidades no son suficientes para ser un "antídoto" para los andrógenos. En consecuencia, en este momento, es común observar un aumento de la caída del cabello o inicio de alopecia androgénica.
Cambio de estaciones
En primavera y otoño, los cambios de clima (horas de luz solar, humedad del aire, temperaturas) pueden conducir a una mayor caída del cabello. Esta puede ser apenas perceptible en algunas personas, pero puede ser bastante llamativa en otras. Sin embargo, es completamente natural y no debe ser motivo de preocupación, siempre y cuando no se prolongue más de 4 a 6 semanas. El cabello recuperará su espesor espontáneamente de nuevo.
Colesterol alto
Los estudios clínicos han establecido una correlación muy clara, pero aún poco conocida, entre la alopecia androgénica y los altos niveles de colesterol malo (LDL): las personas que sufren de hipercolesterolemia se ven mucho más afectadas por la alopecia androgénica. Pero, ¿es el colesterol malo el que causa la caída del cabello? ¿O es la hipersensibilidad a las hormonas masculinas (la causa de la alopecia) la responsable del aumento del colesterol? La pregunta sigue siendo objeto de debate en la comunidad científica.
Algunos tratamientos médicos
Distintos medicamentos pueden causar caída del cabello o exacerbar significativamente la alopecia: quimioterapias, que detienen el desarrollo del cabello en la fase de crecimiento, pero también ciertas terapias hormonales o corticoides, algunos antidepresivos, antiinflamatorios, fármacos antihipertensivos y bloqueadores beta.
Hábitos de peinado demasiado agresivos
Algunos peinados apretados, como trenzas o colas de caballo, pueden causar una excesiva presión en las raíces del cabello. Someter el cabello a estas presiones frecuentemente puede conducir a caída del cabello, inflamación del cuero cabelludo y hacer que el cabello vuelva a crecer delgado y más fino.
Del mismo modo, deben evitarse prácticas abrasivas, como tintes químicos para el cabello y uso de secador de pelo muy caliente o rizador, cuando se sufre de caída del cabello.