Durante el invierno, el frío, el viento y el aire seco de los interiores con calefacción atacan la piel y la debilitan. La piel fina del rostro está especialmente expuesta, y tiende a enrojecerse, secarse y tensarse con facilidad. En ese caso, habrá que prestarle una atención especial: ¡descubre nuestros consejos para conservar el confort de la piel incluso en las épocas más frías!
- 1 - En invierno, más que nunca, una buena hidratación es esencial por la mañana y por la noche. Cambia tu crema de día habitual por una fórmula más rica diseñada para pieles secas, y no te acuestes nunca sin nutrir la piel: después de lavarte la cara por la noche, recuerda aplicar una crema calmante y nutritiva para reparar la piel mientras duermes.
- 2 - Cuando hace frío fuera, la hidratación del cuerpo también es fundamental, para que mantenga su elasticidad y suavidad: cada día, después de la ducha, aplica una generosa cantidad de una fórmula altamente nutritiva por todo el cuerpo.
- 3 - En invierno, los baños calientes son una gran tentación... Pero para la piel, una ducha de agua templada es mucho más recomendable. El contacto prolongado con agua muy caliente elimina el manto hidrolipídico de la piel y la reseca. El efecto es aún más pronunciado si el agua es dura.
- 4 - Para la higiene, elije un gel de ducha suave e hidratante, que deje una película protectora en la piel tras el aclarado.
- 5 - Por la noche, no te olvides nunca de desmaquillarte, y utiliza preferentemente una leche o un aceite desmaquillante, que son más nutritivos. Evita los productos con aclarado, porque el contacto con el agua reseca la piel del rostro. Si, a pesar de todo, sientes la necesidad de enjuagarte la piel, utiliza un agua micelar con un algodón en lugar de agua del grifo.
- 6 - Una o dos veces a la semana, regálate una mascarilla nutritiva y calmante. Aplícatela en una capa gruesa, déjala actuar durante unos 20 minutos y retira el exceso de producto con un algodón empapado en agua micelar. Este tratamiento profundo permite reestructurar la piel y compensar las agresiones a las que está sometida a lo largo del invierno.
- 7 - La calefacción es uno de los mayores enemigos de la piel en invierno: el aire de las habitaciones con calefacción es extremadamente seco y agresivo para el manto hidrolipídico que protege la piel. Evita calentar la casa en exceso, ventila a diario y utiliza un humidificador si es necesario, o simplemente coloca cuencos de agua cerca de los radiadores para mantener un cierto nivel de humedad en el ambiente.
- 8 - La piel de los labios, fina y sin grasa, se seca muy fácilmente. Lleva siempre en el bolso una barra labial nutritiva y aplícala a menudo durante el día en invierno. Renueva la aplicación por la noche, justo antes de acostarte, para tener unos labios suaves por la mañana.
- 9 - Las manos, que suelen estar descubiertas, también se pueden resecar cuando hace frío. Lleva también un pequeño tubo de crema nutritiva en el bolso, para aplicarla varias veces al día, especialmente después de cada lavado de manos.
- 10 - Por último, cúbrete lo máximo posible cuando salgas a la calle. Las zonas de la piel expuestas al aire frío y al viento son las más vulnerables: recuerda llevar guantes, bufanda y gorro cuando bajen las temperaturas.